lunes, 9 de agosto de 2021

Los Juegos Olímpicos Más Verdes

 


Japón, como país anfitrión, se sumó a la iniciativa para encontrar, junto al Comité Olímpico Internacional, las mejores iniciativas para reducir al máximo el impacto ambiental que vendría del evento en el país asiático. 

“Be better, together – For the planet and the people” (Ser mejores, juntos – Por el planeta y por la gente) es el mensaje que movió a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, asumiendo su compromiso medioambiental. 

La estimación oficial más reciente de la huella de carbono de los Juegos de Tokio es de 2.73 millones de toneladas de CO2. Para reducirla idearon un plan que, de hecho, va de la mano con las medidas sanitarias por el Covid-19. 

La falta de asistencia de público internacional y la reducción de las delegaciones para preservar la seguridad sanitaria del evento han logrado que sea el primer paso. 

Pero el Comité Olímpico Internacional optó por más medidas, la primera fue el proyecto Bosque Olímpico, una iniciativa para reforestar paisajes que fueron arrasados en Malí y Senegal. 

Otra de las metas sustentables fue el de promover el cambio hacia una economía circular y una sociedad con energías renovables a base de hidrogeno, Para esto el 90 por ciento de los vehículos utilizados en los JO serán eléctricos. 

No hay que olvidar, que, entre sus originales iniciativas, se encontró la Villa Olímpica equipada con camas de cartón reciclable. 

Los podios de premiación, diseñados por Tokio Asao, que se usaron a lo largo de las olimpiadas están hechos de 24.5 toneladas de desechos plásticos, las cuales fueron recolectadas a lo largo de 9 meses y recicladas para realizar los 98 pedestales necesarios. 

Además, gracias a la iniciativa del Proyecto Medalla Tokio 2020, miles de personas de Japón donaron pequeños dispositivos electrónicos, como celulares, con los que luego se realizaron las medallas. 

Por otra parte, los encargados de entregar las medallas, portaron un traje ceremonial japonés moderno, diseñado por Yamaguchi Sodai y creado a partir de fibras recicladas amigables con el medioambiente. 

Incluso la antorcha olímpica tenía aluminio reciclado de la carcasa temporal empleada después del desastre de Fukushima en Japón, en marzo de 2011. 

Y en el caso del pebetero, este se alimento de hidrogeno verde producido en la central de Fukushima, instalación que abrió sus puertas en marzo de 2020 y que consta de una granja solar de 20 MW y un electrolizador de 10 MW.

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