viernes, 23 de octubre de 2020

Cambios culturales y TIC: Del conocimiento sólido a la información líquida

 


En el año 2004, Zigmunt Bauman decía en su libro “Modernidad Líquida”; “En el lenguaje simple, todas estas características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial,  pero neutralizan el impacto –y disminuyen la significación- del tiempo (resisten efectivamente su flujo o lo vuelven irrelevante), los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y proclives) a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueden ocupar. En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo. Estas razones justifican que consideremos que la fluidez o la liquidez son metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase actual –en muchos sentidos nuevas- de la historia de la modernidad”.

Es una metáfora potente, ilustrativa y caracterizadora de la época actual, que se asemeja más a un tiempo de fluidos cambiantes que de certezas solidas. Dicha metáfora permite contraponer la CULTURA SÓLIDA (el peso) del siglo XX con la INFORMACIÓN LIQUIDA (la levedad) que está emergiendo en este siglo XX1 impulsada por la digitalización.

¿Qué significa o a qué se refiere la denominada CULTURA SÓLIDA? En primer lugar, podemos definir la cultura de estos dos últimos siglos como sólida porque existían certezas o conocimientos estables que se transmitían de una generación a otra sin que hubiera cuestionamientos o replanteamientos relevantes. 

Era conocimiento sólido porque su transformación era un proceso que requería muchos años y su generalización hasta convertirse en hegemónico tardaba varias décadas. Era la solidez de las verdades, bien razonadas, frente a la ligereza o relativismo de las opiniones.

En segundo lugar, podemos hablar de cultura sólida porque la información era guardada y almacenada en soportes físicos, es decir, en un objeto sólido. Por ejemplo, libros, cuadernos, legajos o cualquier otro soporte de papel. Con el paso de los años se crearon otros soportes como las películas, cintas, discos de vinilo o el propio CD-ROM. La información era algo físico, o al menos estaba vinculada indisociablemente a lo material. Esto supuso, que surgiera una industria cultural que producía, en gran escala, dichos soportes y que requería un alto coste económico tanto para su fabricación como para su distribución. El autor o creador necesitaba de forma ineludible de fabricantes de estos objetos culturales sólidos si quería que llegase al público. El escritor necesitaba de la editorial, el músico de la discográfica y el cineasta de la productora.

En tercer lugar, el proceso de creación, producción y difusión de la obra cultural era lento y requería un tiempo largo desde la idea inicial hasta su difusión al gran público. La cultura era sólida porque adoptaba el formato de obra cerrada, definitiva, inalterable. Producir cultura, fuera en su versión libro, obra musical o audiovisual, era un proceso que consumía mucho tiempo y esfuerzo no solo intelectual, sino también organizativo, logístico y económico. Por ello, cuando se generaba la obra, esta ya difícilmente podía ser modificada, revisada, rehecha o transformada. Evidentemente, en el ámbito de lo impreso existe el concepto de edición revisada, o de nuevas versiones grabadas de una canción, pero lo sustantivo o fundamental de la obra sigue intacto.

Este tipo de cultura de lo sólido utilizó dos instituciones para su conservación: las bibliotecas y el sistema educativo. Por una parte, convirtieron al libro en canon cultural de referencia u objeto de cultura por antonomasia. Por otra, enfatizaron su función guardadora de las esencias culturales del pasado para transmitírselas a las generaciones futuras. Las bibliotecas y las escuelas fueron dos instituciones que se necesitaron, que se complementaron mutuamente. Las bibliotecas ofrecían los libros y los institutos formaban a los lectores.

Sin embargo, los objetos culturales que fueron creados a lo largo del siglo XX están desapareciendo. Han dejado de ser útiles y no se fabrican. Las TIC han provocado, o al menos han acelerado, una revolución de amplio alcance en nuestra civilización que gira en torno a los mecanismos de producción, almacenamiento, difusión y acceso a la información, al intercambio de los flujos comunicativos entre las personas y a las formas expresivas y de representación de la cultura y el conocimiento. Los nuevos tiempos han traído nuevos actores que están cambiando la experiencia cultural; internet, la telefonía móvil, los videojuegos y demás opciones de la sociedad digital. Lo digital es una experiencia líquida.

En esta segunda década del siglo XXI prima el software, o sea la levedad, la fluidez, la capacidad de adaptación a las formas cambiantes en los escenarios líquidos de la sociedad digital. Internet, y muy especialmente la llamada WEB 2.0, ha trastocado las reglas de juego tradicionales de la producción, difusión y consumo de la información y la cultura. Pero también ha transformado los mecanismos y procesos de interacción comunicativa de las personas, generando un cambio profundo en nuestras experiencias culturales y de relación social.

La cultura del siglo XXI está siendo construida a través de múltiples y variadas formas simbólicas y difundida mediante tecnologías diversas.

lunes, 12 de octubre de 2020

Tormenta en el mar de la Educación

 


Desde que comenzamos a especializarnos e investigar en el tema de la Tecnología en la Educación y como capacitar de la mejor manera a los docentes en las herramientas actuales, hemos visto la deficiencia que existía en ese tema específico. Nunca pensamos que iba a llegarnos la pandemia y con ella la suspensión de las clases presenciales y tener que pasar toda la enseñanza en forma virtual. Muchas cosas que no están bien aparecieron con la pandemia, comenzando con la deficiencia de internet. No todos tienen acceso a internet, muchos comprando saldo para sus celulares para poder ingresar. La internet no llega a todo el país y ni tampoco es gratis para estudiar. Si agregamos además lo lento que por momento se pone el servicio.

El otro punto importante es que no había planificación ninguna, está bien que la pandemia no se esperaba, pero si se hubieran capacitados a los docentes en el trabajo virtual no hubiese existido todos los problemas que existieron desde un principio que comenzó todo.

Al no existir capacitación, ni tampoco herramientas, la educación paso a ser un barquito en medio de la mar y soportando inmensos temporales.

Los docentes al no tener la capacitación necesaria multiplicaron sus tareas, además debemos sumar a los alumnos que tampoco estaban muy capacitados, y no porque sean de la famosa generación millennials podían asumir las tareas como algo fácil de hacer y sobre todo todas las materias, y no nos olvidemos de los padres, un intenso trabajo para acompañar a sus hijos, sobre todo los de enseñanza primaria para que lograran realizar sus tareas.

Un desgaste increíble por parte de docentes, alumnos y padres; un barquito en medio del mar sufriendo fuertes tempestades.

Pero lo más increíble que no se ven estrategias, ni nada parecido para realizarse por lo menos el año entrante.

Como siempre decimos la Tecnología en la Educación no es hacer un power point o saber entrar en una aplicación educativa en internet, es mucho más que eso, solo por tocar algunos puntos, es los Colegios Invisibles, es los Contenidos Educativos Digitales, es tener una metodología de implementar la tecnología en la educación, ya sea presencial o virtual, que bien puede ser la metodología TPACK (Conocimiento del Contenido Pedagógico Tecnológico) , es también implementar las TIC a través de las TAC (Tecnología para el Aprendizaje y el Conocimiento).

Ojalá que sucedan 2 cosas: que el barquito supere los fuertes temporales en medio del mar y que se implemente una verdadera capacitación de la Tecnología en la Educación.

La esperanza siempre está.