El termino COLEGIO INVISIBLE comenzó a ser usado en el
SIGLO XVII, concretamente por Ashmole, cuando se fundó la LONDON ROYAL SOCIETY.
Los primeros miembros no pertenecían a una institución formal
como tal, así que se referían a sus propias reuniones como si de un “Colegio
Invisible” fuese, debido a su acercamiento geográfico y a la regularidad en sus
encuentros.
Más tarde, los colegios invisibles fueron usados para definir a
aquel grupo de élite científica que interactúa entre sí y que aunque estén
separados geográficamente, publican de manera conjunta para el progreso de la
ciencia y la publicación de artículos. Aun estando separados físicamente, el
conocerse mutuamente les aporta a los miembros de los colegios invisibles el
poder intercambiar información e incluso participar en experimentos comunes o
dar a conocer resultados de otras investigaciones por cauces no formales.
Así que pertenecer a uno o varios colegios invisibles científicos,
permite a los investigadores hacer un trabajo colaborativo pluridisciplinar, el
cual puede ser firmado por una cantidad de autores.
Si tenemos en cuenta a los colegios invisibles, como redes
informales científicas de conexión, consiguen realizar un papel decisivo tanto
en el crecimiento de la ciencia como en el aumento de posibilidades de hacer
ciencia para los científicos.
Actualmente, lo que se intenta señalar con el término colegio
invisible es la estrecha relación entre productividad y colaboración.
En el año 1961 Derek de Solla Price en un capítulo de su libro “Science Since Babylon”, utilizó la
expresión NUEVOS COLEGIOS INVISIBLES, para caracterizar las relaciones
informales que se establecían entre científicos, al margen de las publicaciones
científicas regulares. No se trataba, pues, de la comunicación a través de
revistas científicas, sino por procedimientos distintos y más rápidos, ya que
la velocidad de éstas se consideraba lenta, como consecuencia de los
procedimientos de revisión de manuscritos. Esto hacía que los científicos se
comunicaran por medio de los llamados PREPRINTS, formando así redes informales
de investigación.
Entonces, si la primera revolución científica tuvo como vehículo
de expresión el libro, y la segunda la revista, la tercera revolución
científica funciona a través de vías muy distintas a las dos citadas.
La comunicación es ahora fundamentalmente electrónica. Esta
comunicación electrónica o digital se establece fundamentalmente:
·
Vía correo
electrónico
·
Vía
internet
Pero cuando los grupos adquieren más cohesión, entonces aparecen
vías distintas a ésas, que son excesivamente genéricas, Esas nuevas vías son
la:
·
Videoconferencia
·
Lista de
distribución de correos electrónicos
·
Foros de
discusión, etc.
El Campus Virtual es el conjunto de todas esas herramientas, en
orden a promover la investigación. Tiene que ser un instrumento que nos permita
avanzar en lo que siempre ha sido el objetivo de una Universidad, la
investigación científica.
Los colegios invisibles de ahora nos permiten pasar a un sistema
en que el aprendizaje sea activo, e investigación y docencia no se disocien, o
al menos no se disocien completamente. Esto supone dar varios pasos.
Pasar:
·
De la
unidireccionalidad a la interacción
·
De la
pasividad a la actividad
·
De los
conocimientos a las habilidades
·
De la
enseñanza al aprendizaje
·
De la
docencia a la investigación