La Norma UNE-EN-ISO 20121:2013 es la norma internacional que permite la aplicación de criterios de sostenibilidad en la organización de todo tipo de evento.
El principal objetivo es la mejora de la sostenibilidad a lo largo de todo el ciclo de la gestión de un evento.
En las diversas etapas del proceso, ya sean, diseño, organización, planificación, ejecución, desarrollo, revisión y actividades posteriores al evento; la ISO 20.121 determina los requisitos y recomendaciones para incluir criterios de sustentabilidad en la gestión del mismo.
Los eventos suponen normalmente un impacto ambiental, económico y social, lo cual se debe tener en cuenta en forma muy importante en todo el desarrollo del evento. Esta norma sirve para certificar el sistema de gestión de las empresas organizadoras de eventos.
La Norma 20.121 esta dirigida a las entidades y/o empresas que organizan eventos, como así también a aquellas que proveen productos y/o servicios que deseen realizarlos bajo criterios de sustentabilidad.
Principios de la Norma ISO 20.121
· Contemplar los impactos positivos y negativos de
los eventos desde una perspectiva social, económica y ambiental.
· Mejorar la sostenibilidad de las actividades desarrolladas en la gestión de los eventos.
· Mejorar la sostenibilidad de las actividades desarrolladas en la gestión de los eventos.
· Mejora continua de los procesos de la organización,
desde la concepción de las ideas y el diseño hasta su materialización e
incluyendo las actividades posteriores a la ejecución.
· Incorporar el desarrollo sostenible en la gestión
de eventos de forma flexible e integrada.
Estructura de la Norma ISO 20.121
· Contexto de la organización
· Liderazgo (responsabilidades)
· Planificación
· Soporte (recursos)
· Operación (organización y control)
· Evaluación del desempeño (seguimiento y medición)
· Mejora
Beneficios de la Norma ISO 20.121
Disminución de la huella de carbono del evento.
Ahorro de costes derivado de una disminución y
eficiencia en el uso y consumo de recursos (agua, energía, etc.).
Mayor control sobre proveedores y contratistas.
Refuerza la responsabilidad social corporativa de
la empresa certificando su compromiso social y ambiental.
Mejora de la imagen corporativa y de la
competitividad de la empresa satisfaciendo las exigencias cada vez mayores que
demandan clientes, proveedores y la sociedad en general.
Mejor posición frente a la competencia en concursos
públicos o evaluaciones realizadas por grandes clientes.
Anticipación ante posibles problemas
medioambientales, previniendo su aparición.
Mejora continua de la empresa.